A la amplia y numerosa población, ahora concentrada en grandes ciudades, había que ofrecerles nuevas actividades lúdicas, en general para mayor gloria de sus líderes y divinidades. Para ello se edificaron grandes construcciones que podían albergar a numerosos espectadores. Además el auge creciente de las artes, como el teatro, o del "deporte" empezaron a necesitar edificios específicos para su práctica y explotación. Aparecen los teatros, los anfiteatros y los circos. Las normas referentes al diseño arquitectónico de todos los elementos y sus proporciones las describió Vitrubio -arquitecto e ingeniero romano, que vivió en época de Augusto- en su gran obra "De architectura".
Su origen es griego, pero se diferencia de este en que tiene planta semicircular, y no circular. Esta modificación se realiza para conformar una sola estructura entre la escena y el graderío. La decoración de todo el conjunto es lujosa, mármoles, columnas, incripciones... en especial en la escena, donde se aplica todo el diseño de ordenes de los arquitectos romanos. Constructivamente, la estructura los teatros podían tener dos formas de diseñarse: directamente al suelo o con estructura de sustentación. Por lo general se ubicaban en zonas adecuadas para que gran parte de la grada se acomodase directamente sobre el suelo, esto es, en las laderas de montañas o cerros. Las partes que no se podían beneficiar de esta situación se estructuraban con pilares de hormigón romano y pasillos abovedados. Lo normal es que la zona más alta de las gradas, la summa cavea, siempre se acomodase sobre una estructura artificial. Las formas de diseñar la estructura también variaron, primeramente se hacían muros radiales abovedados que conformaban espacios interiores vacios, más tarde de utilizaron galerías circulares también abovedadas que ademas servían de pasillos, y por último se utilizó una mezcla de estos dos sistemas.
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